Hace tres años un niño dejó de respirar por una bala orteguista, el es Álvarito Conrado
Dos días después de iniciadas las protestas contra las reformas a la seguridad social en Managua un 2018 del 18 de abril , Álvaro Conrado, de 15 años de edad, llegó al Hospital Cruz Azul con un balazo en el cuello.
Cuando el vehículo que lo trasladó se abrió para sacarlo, el personal de salud de ese centro cerró las puertas y no lo atendió, así que fue llevado al hospital Bautista, pero murió a las pocas horas.
El estudiante de secundaria es una de las víctimas mortales más joven de las protestas, fue estudiante del Instituto Loyola. Se había unido a las manifestaciones que esa mañana se realizaban en las inmediaciones de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), las que fueron brutalmente reprimidas por fuerzas especiales de la Policía Sandinista.
Conrado, el primer menor asesinado en el marco de las manifestaciones contra el régimen de Daniel Ortega, se convirtió en el símbolo de las protestas que cumple tres años.
Fue una certera bala disparada por un francotirador, según registros de organizaciones de derechos humanos, la que acabó por segar la vida del joven.
“Me duele respirar”, dijo cuando un grupo de estudiantes cargaba con él y otro le cubría la herida con un pañuelo.
El proyectil le perforó la garganta y el joven murió horas después en un hospital privado.