Caimán muerde la mano de su entrenadora y la arrastra al agua
Un caimán mordió la mano de su entrenadora y la arrastró hacia el agua durante una presentación en un centro de exposiciones de reptiles.
Un caimán atacó y mordió en la mano a su entrenadora durante una presentación en el centro Scales & Tails, recinto que ofrece exposiciones educativas sobre reptiles, aves, arañas y escorpiones, en Utah, Estados Unidos.
En un video quedó grabado el momento en el que la mujer está haciendo su demostración delante de los visitantes del centro, cuando el reptil se lanza sobre ella, alcanza a morderle la mano y la arrastra hacia el agua.
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Durante el ataque, el caimán presionó su mandíbula con fuerza y daba vueltas en el agua sin soltar a su víctima, mientras la entrenadora intentaba liberarse.
Los asistentes estaban en shock ante lo que estaban presenciando, hasta que un valiente hombre saltó al agua y montó al caimán, para inmovilizarlo mientras la entrenadora le daba instrucciones sobre lo que debía hacer para que ambos pudieran escapar del reptil.
“Tenemos problemas acá”, alcanzó el gritar el hombre, ahora identificado como Donnie Wiseman.
Cuando al fin la soltó, otro entrenador ayudó a la mujer a salir del agua, mientras el hombre seguía intentando inmovilizar al caimán.
Tras el incidente, la entrenadora tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para salvarle la mano.
La entrenadora se encuentra bien después del ataque del caimán
A través de la cuenta de Facebook del centro Scales & Tails, informaron que la entrenadora se encuentra bien.
“Tuve que aterrizar en un hospital con el mejor cirujano ortopédico en Utah”, se lee en el comunicado.
Y agregó que, a pesar del miedo, logró encontrar una solución que le permitió salvar su mano. Asimismo, agradeció al valiente hombre que se lanzó al agua para ayudarla.
“No puedo explicar el nivel de admiración que siento por ese hombre”, señaló la entrenadora de cocodrilos.
Por su parte, Shane Richis, dueño de la compañía, explicó que la entrenadora se acercó al caimán para alimentarlo sin esperarse que éste reaccionaría de manera violenta.
Y aclaró que mientras el animal tuviera la mano de la entrenadora en la boca, ella debía moverse con el caimán en el agua para asegurarse de que no le arrancara el brazo.
Richis aseveró que antes había una política que dictaba que en cada espectáculo debía haber dos entrenadores, pero recientemente dejaron de aplicarlo.