Pacientes con Hemofilia pasan angustia, dolor y mala atención por parte del Minsa orteguista
Estas personas crónicas según la denuncia de uno de los afectados en su mayoría no han sido vacunados contra la Covid-19.
Un grupo de 92 personas con Hemofilia y familiares, han solicitado el apoyo a los miembros del sindicato del Banco de Sangre, afectando desde febrero de este año y no han tenido ninguna respuesta.
En una reunión formal con la directora del Banco de Sangre Dra. Meléndez y Dr. René Berríos responsable del programa de Hemofilia se les informó que la atención y tratamiento de la hemofilia estará directamente a cargo del MINSA en hospitales cercanos.
Además se les informó que tienen que adaptarse, sin tomar en cuenta que esta modalidad de recepción de tratamiento en hospitales, les afecta en su trabajos incurriendo en pedir permiso más seguido, desinformación en los médicos y agregando a todo esto el riesgo inminente al contagio del Covid-19.
Según los afectados desde el año 2016 el Ministerio de Salud (Minsa), asumió la administración del Banco de Sangre y por ende la atención del programa de Hemofilia, durante todo este tiempo se había mantenido la atención a base de tratamiento domiciliar, (Plasma, Criosprecipitados y en su defecto factores concentrados para Hemofilia “A” y “B” respectivamente).
Esta modalidad de tratamiento domiciliar les permitía a todos los pacientes sostener sus trabajos, estudios primarios y universitarios lejos de ausencias por episodios de inflamaciones, sin mencionar la disminución de gastos de transportes y alimentación, para personas de los departamentos y comunidades alejadas.
“Conocemos y estamos de acuerdo que se nos atienda en hospitales mas cercanos, pero necesitamos contar con personal médico capacitado y entrenado para atendernos con calidad y calidez, contar con suficiente factor 8 y factor 9 para atender nuestros sangrados e inflamaciones pero nuestra situación es precaria”, denuncian los afectados.
Refieren que no existe una coordinación del Banco de Sangre, con los diferentes hospitales del país, “pasamos angustias, dolor y mala atención, no hay una coordinación formal del propio MINSA con los hospitales locales y regionales para abastecer de tratamiento oportuno y de calidad, pasando en muchas ocasiones de 8 a 12 horas esperando”.
